Biografía:
Mi nombre es María Milagros Roibón. Nací en la ciudad de Rosario (Argentina). Soy abogada y una de las creadoras del portal literario Poetas en la red (www.poetasenlared.com.ar). Algunos de mis poemas aparecen en diversos sitios y páginas Web.
E-mail: maria_roi@hotmail.com
milagros@lapachogestion.com
Poemas
Extranjera
Cuando venga a buscarme,
díganle:
Se ha mudado.
Oliverio Girando
I
La soledad de este país se maquilla de girasoles blancos, de margaritas asomando a la azotea, o tal vez, sea la incongruencia del dolor mitigada por la tarde o por el anochecer de tu cuerpo.
II
¿Quién sabe que temprana actitud o qué destello aguarda bajo tu piel imperfecta, bajo el rasguño silente de tus pezones, de tus dedos mancillados por el viento o, tal vez, sólo se trate de alguna enfermedad en busca de su nombre?
III
Dicen que a tu tierra no llegan los barcos y que tampoco nevará en septiembre ni en primavera. La otra mujer, la que oxigena tus huesos, la que corroe tu carne, ronda fantasmas, atenta, acechando.
IV
A veces, sólo son pájaros dormidos, un páramo de narices frías o la sonrisa aún inmadura que, sin embargo, delata el paso del tiempo. A veces, sólo se trata de reinventar noches y de supurar falsos dioses de este lado de la cama.
V
¿Acaso, fuiste invitada a dialogar con tu sombra, a cerrar todas las ventanas? Quizás, sea el momento de parir tu alma en cuotas para que comprendan la injusta necesidad de ser extranjera en tu propia tierra.
Descreimiento
I
Vinimos al mundo y nos vamos como vinimos:
inválidos, pequeños, desnudos.
II
No creo en la necesidad de construir un altar
de falsas especulaciones, colgar del péndulo,
cepillar un reloj y fingir que sonreímos
cuando sonreír no es más que mostrar
la desilusión de los dientes.
(cariados por las circunstancias)
III
Uno se hace libre, inventa un país,
una dirección. Se acomoda al fluir
de las cosas hasta que la corriente
se vuelve más fuerte y lo estrangula.
IV
Y si tiene suerte,
muere sin darse cuenta
de lo banal de la historia,
de la fungible de los sueños.
V
Entonces,
aparece la memoria,
el tiempo descascarado de imágenes, y algo de nosotros se queda colgado del espacio indescifrable, aquel que fractura la esencia de cielos y demonios.
Otoño
Rubor silente de paisajes desnudos,
las miradas ocres de una mujer,
cabelleras de viento pincelan
avenidas, humedad
del tiempo,
y ayer, ayer
Miseria
Especialmente,
no mirar, pero si mira,
hacer como si nada:
ojos, bocas y manos
herméticamente
cerrados.
Debajo de esta piel
Debajo de esta piel, un falso dios,
una peligrosa amputación de mí,
un peso circular de dedos sin morder,
cadencia huyendo de este cuerpo.
(debajo de esta piel, mi soledad)